El término
multimedia interactiva se refiere a todos aquellos sistemas que se emplean en la actualidad donde mediante diversos elementos, se permite la
interacción del usuario con los contenidos de manera diferente, haciendo referencia a la evolución que los sistemas
multimedia
han sufrido con el paso de los años. Fue acuñado por primera vez por
Shavelson, R.J., Salomon, G. y Hawes, citado en sus textos académicos
entre 1985 y 1986. Posteriormente lo explotaron autores como John Barker
y Richard N. Tucker, completando la definición y abriendo un debate
sobre las diferentes posibilidades y la evolución del concepto.
En sus inicios, era simplemente un modo de presentación que podía contener
imágenes,
texto y en ocasiones,
sonido;
hoy en día las formas de uso que se pueden aplicar a la multimedia
interactiva se han multiplicado notablemente, como también los objetivos
que se pueden alcanzar empleando estas herramientas correctamente y
siguiendo un patrón original y creativo. Cuan más alto sea el grado de
interacción del usuario con el producto que tiene a su disposición, la
percepción hacia él será mucho más positiva.
La multimedia interactiva se basa en el diálogo entre usuarios y contenido, donde diseño y
realización (medios audiovisuales)
son factores principales para captar su atención, pues el éxito depende
de que la persona, receptor o usuario consiga relacionarse totalmente
con la presentación. Ayuda a obtener la información que se precise y son
sistemas que atraen a un público numeroso, por lo cual las empresas la
utilizan con
fines publicitarios o comerciales.
Pese a ello, la multimedia interactiva es uno de los sistemas más
complicados en lo que respecta a diseño y estrategia a causa de estar
dotado por una alta sensibilidad en su parte interna y física externa,
por ese motivo es necesario ser muy cuidadoso con materiales como
pisos o suelos interactivos, entre otros, expuestos a diferentes riesgos